Japón es un país de ensueño para algunos por la educación y ciudadanía ejemplar que los japoneses tienen en comparación con el resto del mundo, donde cosas como la cortesía, el respeto, el orden y la limpieza, siempre están presentes en el día a día, sin embargo, este país tiene otra cara detrás de esa máscara de perfección, donde además del exceso de trabajo, alta tasa de suicidio y desigualdad de género en el ámbito laboral, también se ven afectados los ancianos que conforman su población.
Japón es conocido como el país con mayor población de la tercera edad, con casi un 30% de la población que supera los 65 años y el cual sigue en constante crecimiento por la decisión de las parejas jóvenes de no tener hijos.
Uno de los mayores problemas para los ancianos es la soledad. Esto no sólo ocurre en Japón. En el Reino Unido publicaron un informe encargado por la Comisión Jo Cox sobre este tema, donde más de nueve millones de personas, alrededor del 13,7% de la población, afirman sentirse solas. Entre estas personas, 200.000 afirmaron no haber hablado con nadie desde hace varios años. Para enfrentar este problema, la primera ministra británica, Theresa May, creó una especie de Ministerio de la Soledad.
A pesar de que este problema se observe en otros países, Japón hasta ahora se muestra como el país que más sufre esta epidemia. Un estudio del gobierno reveló el crecimiento durante los últimos años de los delitos menores cometidos por ancianos, donde en un 90% de los casos eran cometidos por estos, no tanto por necesidad, sino para poder sentirse menos solos en la cárcel. Esta situación es mayor en el caso de las mujeres, ya que se sienten cuidadas y escuchadas por las guardias.
Entre 1990 y la actualidad, los delitos cometidos por personas mayores de 60 años de edad han aumentado en un 600%, siendo que en 1990 el porcentaje era de 4% y hoy en día es de un 25%. Hoy en día hay 5.000 ancianos japoneses en la cárcel, lo que viene siendo un 20% de la población reclusa.
Son millones los ancianos que viven solos y rara vez hablan con familiares o amigos. El mismo estudio demostró que el 75% de las ancianas que han sido detenidas por robos vivían solas, sin familia, sin relación con sus familiares o no tienen a nadie que les ayude. La cárcel en este sentido, se vuelve como un hogar para ellas.
A pesar de que las condenas por robo suelen ser entre uno y tres años, estos después de cumplir su condena y ser liberados, suelen cometer un nuevo delito para volver a la cárcel. Se estima que cinco de diez robos cometidos en tiendas, son realizados por ancianos.
El otro lado de la moneda en cuanto a los ancianos en la cárcel, son aquellos que están en situación de pobreza. La pensión promedio para mayores de 65 años es de 560 dólares mensuales, monto que no es suficiente al sacar cuentas de todos los gastos, entre esos alquiler y servicios que se hacen en un mes, lo cual suele ser más de 690 dólares mensuales.
Es así como cometer un delito menor es un pase de entrada a una vida con techo, tres comidas al día e incluso chequeos médicos. Según el Ministerio de Justicia de Japón, el país tiene por lo menos unos 1.500 ancianos que han cometido hasta seis robos para volver a la cárcel. Esta lamentable situación solo nos hace reflexionar sobre qué prioridades debería tener realmente un país para su población en todos los rangos de edad.
La triste historia de los ancianos en Japón: Robar para escapar de la pobreza y soledad.
Reviewed by Mariana Pinto
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1/12/2020 10:52:00 a. m.
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