Anna Delvey | La chica que estafó al Estado: Gastó más dinero que la persona más rica del mundo en una semana.

Con 8 cargos de hurto, una sentencia de 4 a 12 años de prisión, una gran multa de $223.000 y una segura futura deportación a Alemania, el caso de Anna Sorokin, la chica influencer que fingió ser una multimillonaria heredera alemana para conseguir préstamos bancarios de miles de dólares, es, de lejos, uno de los más fascinantes y llamativos que ha dado bastante de qué hablar en estos últimos años. Y ahora Netflix, la famosa plataforma de streaming, planea contarnos esta historia en formato de serie muy pronto.

¿Pero quién es Anna Sorokin?

Nacida en Rusia, en 1991, aunque pasando gran parte de su vida en Alemania y en Francia, pisa Nueva York en octubre del 2013 para asistir al famoso evento Fashion Week y para conocer la imponente ciudad. Acaba mudándose y da inicio entonces a una serie de embaucamientos y engaños que la posicionarían en la cúspide de la pirámide social neoyorquina, cambiando su identidad a Anna Delvey. 

La joven llevaba un estilo de vida estrafalario, derrochador, en el que se destacaban sus múltiples viajes y estadías en hoteles 5 estrellas que nunca pagó, asegura la fiscalía. Invitaba a sus amistades a ostentosas cenas y a eventos exclusivos en los que aseguraba cubrir los gastos, cosa que no hacía realmente y terminaba pidiéndoles que, por favor, lo hicieran por ella y ya luego saldaría la deuda, que solo estaba teniendo dificultades con el banco.

Jamás dejó claro el origen de su afanada fortuna heredada. Sus versiones diferían entre sí, generando rumores e intriga.
Uno de dichos rumores era que, supuestamente, sus padres podrían ser magnates petroleros o grandes diplomáticos.

Anna Delvey Fundation

Church Missions House era el sueño y el principal objetivo de Anna. Su plan era inaugurar un centro de artes visuales, donde abriría bares y restaurantes que se prestarían para crear un ambiente social cálido y chic.

No sería fácil, pues el edificio que anhelaba era casi inalcanzable. No obstante, comenzó su ambicioso proyecto, solicitando otro préstamo de $22.000.000, el cual jamás le fue concedido, para la inicial y otros gastos. Contrató diseñadores gráficos, gente de relaciones públicas, personas capacitadas para el manejo de todo lo que sería el Anna Delvey Fundation, pero en todo este ajetreo, Anna Sorokin desapareció.

Regreso, viaje a Marruecos y Rachel Williams

A su regreso, tras meses sin dar ni una sola pista de su paradero, dio pocos detalles y alegó que tuvo que hacer un viaje de emergencia. Nadie sospechó nada. No tenían porqué. Todo seguía su curso y su estilo de vida continuaba.

Con su amiga Rachel Williams, editora de la famosa revista Vanity Fair, y su círculo cercano, planearon un viaje de cinco días a Marruecos.

A la hora efectuar el pago de esa estadía, alrededor de unos $62.000, la tarjeta de crédito de Anna fue rechazada. Entre risas y chistes, convenció a Rachel de sacarla del apuro. Así el viaje culminó felizmente, con la misma promesa vacía de Sorokin.

Arresto

En octubre del 2017, Anna Sorokin, a la llegada de su viaje a Marruecos, fue arrestada, tras ser descubierta una factura sin pagar por $11.518 en un hotel de lujo, y su verdadera identidad salió a la luz. Causando impacto y desconcierto.

Según la Oficina Fiscal del Distrito de Manhattan, se estima que la totalización de sus robos es de $275.000 en bienes y servicios, sin contar la deuda de Rachel Williams. Dicha deuda fue desestimada, sin embargo Rachel logró reponerse a esa pérdida de más de un año de su trabajo, gracias a un contrato valorado en $300.000 por un libro escrito por ella misma, titulado «My friend Anna» y la venta de los derechos de la historia a HBO, que planea hacer una película de la misma.

Actualmente Anna Sorokin se encuentra recluida en el Albion Correctional Facility, cumpliendo su sentencia y sumamente preocupada por quién será la actriz que la interprete en la próxima adaptación de su vida de Netflix. También está escribiendo sus memorias para contar su experiencia como heredera impostora.

Y no, no se arrepiente de sus acciones. Confesó, en una entrevista, que lo volvería hacer si tuviese la oportunidad y se defiende a sí misma comparándose con Frank Sinatra, en su búsqueda de abrirse camino en la jungla de asfalto que es Nueva York.