También llamado El Martillo de las Brujas, fue un libro siniestro e infame que fue de gran utilidad en el Tribunal de la Inquisición desde su publicación en 1486, pues servía de manual para detectar, enjuiciar y sentenciar a cualquiera de quien se sospechara de practicar brujería. Causó la gran oleada masiva de asesinatos de la famosa cacería de brujas y no dejó dormir tranquilo a más de uno, pues el estado de paranoia que estalló fue abrumador.
Herinch Kramer y Jacob Sprenger respectivamente, autores del libro. |
Escrito por dos monjes inquisidores dominicos, oriundos de Alemania, fue el segundo libro más vendido después de La Biblia en su época. También fue avalado en la bula papal de Inocencio VIII, Summis desirantes affectibus, incluso años antes de su redacción y publicación. Dando a entender el visto bueno de la Iglesia ante la afanada persecución.
Esta obra consta de poco material original, es más como una compilación de leyendas, supersticiones y relatos de fieles temerosos del Diablo y sus hazañas. No obstante, en ella se destacan, además de una nauseabunda irracionalidad, la ignorancia y el fanatismo religioso; el derecho y la misoginia.
Como una de las tantísimas curiosidades del Malleus Maleficarum, está que es el primer libro donde se aprecia la integración de la criminología, el derecho penal y la criminalística, en un mismo escrito. Por supuesto, adaptado a su época. Recalcando una estructura que, a día de hoy se mantiene, que justifica al poder punitivo de tomar todas las medidas necesarias, aun siendo extremistas y violentas, con el fin de erradicar un peligro inminente. En otras palabras: a toda costa, incluso con violencia y muertes, conseguirán eliminar los males que aporrean a la sociedad o al pueblo, por un supuesto bien común y que quien esté en contra, forma parte de la amenaza. Y aquí es donde entra la misoginia.
En el Malleus Maleficarum, se culpa y responsabiliza a las brujas (mujeres) por la pobreza y hambruna; por la desigualdad y opresión de un pueblo desgastado, deprimido y con ansias de libertad. Se habla de ellas como seres malvados, que traen calamidades por ser inferiores y sucumbir sin titubear a las tentaciones, rindiéndose a los pies del Señor de las Tinieblas.
Es verdad que en Europa se vivía una situación de crisis, cambios bruscos y choques culturales. Por ende, la Iglesia aprovechó la ignorancia del campesino, usando como chivo expiatorio a las «brujas» como el origen de los males que afrontaban para sembrar el terror y el pánico, dando pie a las persecuciones y al odio, así la Iglesia no recibiría quejas y podría lavarse las manos tranquilamente, pues hasta quien se oponga sería juzgado por hereje.
¿Pero, con detalles, qué nos cuenta el Malleus Maleficarum?
La primera parte sirve de introducción a la brujería, buscando convencer al lector de que ésta existe y de que está en sus manos promover y aplicar la justicia divina.
Ofrece información sobre cómo el Diablo maneja a las mujeres por su nulo intelecto, por ser débiles y de naturaleza inferior, para tener relaciones sexuales con él y así concederles todo tipo de poderes malvados para realizar rituales en su honor y adoración.
En la segunda parte se explican las estrategias de las brujas para propagar el mal, provocando sucesos trágicos en la vida de sus víctimas para despojarlos de toda esperanza e incitarlas a acudir a ellas. Sus víctimas se caracterizan por ser jovencitas de familias religiosas y devotas, a modo de burla.
Se detalla también el funcionamiento de otros artificios y cómo revertirlos o prevenirlos.
Anya Taylor-Joy como Thomasin, en The Witch (2015) representando un fiel ejemplo de lo anterior mencionado. |
En la tercera parte, y última, se describen los métodos para detectar, enjuiciar y sentenciar a las acusadas. Ésta es la peor de todas.
Se destaca la instrucción de cómo manipular, torturar y confundir a las acusadas para hacerlas confesar, asegurándoles misericordia si reconocen ser practicantes de brujería. También los motivos irracionales por los que alguien podría ser llevado a juicio, tales como tener mal carácter o un simple rumor.
Juana de Arco, quien fue juzgada por herejía, podría ser un muy buen ejemplo de esto último.
Juana de Arco, en la hoguera, tras ser engañada para que firmara su sentencia con la promesa vacía de que cesaran las torturas y la dejaran con vida. |
Otras curiosidades y datos del Malleus Maleficarum
•No fue aprobado, oficialmente, por la Iglesia Católica.
•Los autores falsearon la aprobación de la Facultad de Teología de la Universidad de Cologne, la cual rechazó el manuscrito y tachó de poco ético, para obtener credibilidad.
•La Iglesia Católica negó que sus fieles usaran el libro.
•Los inquisidores se referían a sí mismos como personas puras y únicas portadoras de la bendición de Dios.
•Si las acusadas no lloraban en el juicio, eran halladas culpables inmediatamente y eran sentenciadas.
•Hubo una supuesta prohibición del texto por parte de la Iglesia no registrada. De ser legítimo, habría tenido caso omiso, pues su publicación se extendió hasta Francia, Italia y, en menor medida, Inglaterra.
El terror reinó hasta 1657, en otra bula papal, Pro formandis, donde se prohibió, al fin, la famosa cacería de brujas.
Las brujas fueron conocidas por estropear cosechas, cambiar el clima, convertirse en animales y hasta de dejar a los hombres impotentes, entre otras insólitas acusaciones. Tristemente, se estima que de 2 a 5 millones de personas, hombres y niños también, fueron quemadas, torturadas, vilmente apedreadas y asesinadas sin tener prueba alguna. Nadie estuvo a salvo, sólo los puros inquisidores y sacerdotes, que, según ellos, eran los únicos protegidos de Dios.
Malleus Maleficarum | Guía sanguinaria de cómo atrapar y sentenciar a una bruja
Reviewed by Virginia M.
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11/09/2019 09:16:00 p. m.
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