Una pequeña lección que se podría aprender de Amelie Poulain.
Una de las características más resaltante de este personaje de película francesa es su gusto por hacer feliz a los demás.
Amelie (Le
fabuleux destin d’Amélie Poulain, en su nombre original) es una película francesa
del 2001, dirigida por Jean-Pierre Jeunet. Se consagra como una película de
culto por ser todo lo que nos imaginamos en una cinta francesa, además es la
segunda película más taquillera de su país de origen.
Este
filme te enamora en varios aspectos, desde su tierna historia, hasta su
inteligente cinematografía y selección de colores, pero sobre todo el alma de
esta película está en su protagonista: Amelie Poulain.
La
personalidad de Amelie está influida por su infancia, en la cual no pudo jugar
con ningún niño debido a que su padre tenía un falso miedo de que ella sufría
del corazón, esto en su joven adultez la convierten en una persona tímida e
introvertida. A pesar, de ya ser adulta todavía vive en el mundo de fantasías
que construyo de niña para mantenerse alegre.
Esta
cinta está rodeada por personajes pintorescos, tenemos el padre de Amelie, una
hipocondriaca, un escritor sin éxito, un hombre cuyos huesos son de cristal
entre otros. Todos ellos van a recibir la ayuda desinteresada de Amelie.
Aquí llegamos
a lo verdaderamente nos interesa de este análisis: El altruismo.
El
altruismo no es que más que ayudar o mejorar el estatus de vida actual de una
persona, es decir, hacer feliz, de alguna manera, a alguien más. Nuestro
personaje, la excéntrica Amelie, lo hace de una manera tan desinteresada que
hasta se mantiene anónima.
Esta decisión
de Amelie se origina cuando el día en que muere la princesa Diana descubre un
tesoro oculto en su apartamento, resulta que ser que era una cajita con recuerdo
que le pertenecía al inquilino anterior, entonces, como dice el narrador la película
“Amelie decide buscar al dueño de la caja
y devolvérselo. Si él se conmueve dedicará su vida a ayudar a los demás, sino,
pues nada”.
Efectivamente,
esta decisión cambio el destino de la joven, pues después que le entrega anónimamente
esa caja a ese señor, ella decide que continuara haciendo buenas acciones con
las personas de su alrededor.
A mitad
de la película, nos damos cuenta de que Amelie se ha enfrascado tanto en
realizar buenas acciones con los demás que ha olvidado encargarse de ella mismo
y esto le afecta en su vida amorosa. Así que recibe ayuda de uno de sus vecinos
para superar su timidez y cobardía ante las relaciones amorosas.
Ver los
intentos de Amelie por hacer felices a los demás es algo que, junto a la
fabulosa dirección de Jean-Pierre Jeunet, resulta muy grato de ver. Además, te
inspira a hacer lo mismo por los demás. Aquí se demuestra que no hay que ser una
monja como María Teresa de Calcuta o una famosa actriz como Angelina Jolie para
llegar a ser una persona altruista. Se puede realizar con tus amigos o
familiares.
Por esto,
Amelie es de esas películas que te conmoverán y seguramente te cambiarán la
vida.
El altruismo en la vida de Amelie Poulain
Reviewed by Ashley Rocks
on
6/25/2017 11:17:00 p. m.
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