En la antigüedad, la esclavitud era una
costumbre que incluso estaba fuertemente amarrada por la económica del mundo,
era un mercado demasiado fuerte, y difícil de quitarse de encima, sin embargo,
gracias a que las nuevas generaciones que se daban cuenta de lo cruel que era
este tipo de vida para otros seres humanos que tenían iguales de derechos que
los demás en vivir una vida libre, fue posible la erradicación de la misma… O,
eso pensábamos, hasta que esta publicación se dio a conocer:
Con ella donde nos muestra esos ojos de tristeza y sufrimiento de este pobre animal, nos hace reflexionar si de verdad ya no existe la esclavitud en la actualidad… Es cierto que tenemos mascotas entrenadas para trabajar, o realizar cualquier tipo de actividades que nos puedan ayudar en nuestro día a día, pero a cambio le damos todo el amor que podamos por sus esfuerzos. Sin embargo, jamás he visto tan cruel actividad como esta, en donde se le pone un bozal especial a un perro para que pueda encontrar trufas, y asi evitar que se las coma.
Sabemos que, en países como Albania, un kilo de trufas ronda los 50 euros (56 dólares americanos) y que el sueldo mínimo es de unos 400 euros (448 dólares americanos). Una tentadora inversión para muchos, donde solo velan por sus propios bienestares económicos, que por el bienestar de estos animales.
El mercado es tan cruel, que según la AFP una mujer albanesa de 68 años que cuidaba muy bien a sus mascotas, confesó haber dejado el negocio después de que personas que la consideraban “competencia” le envenenaran a sus dos canes.
Además, se está deteriorando al medio ambiente con la búsqueda descontrolada en los bosques. Se estima que un perrito caza-trufas en Albania puede llegar a valer hasta 4000 euros (4488 dólares), son realmente costosos estos animales, sin embargo, eso no quita el hecho de que algunos vea tentador este tipo de actividades de ganar dinero.
Una maquina viviente de hacer dinero: Los perros de trufas | La esclavitud aún existe.
Reviewed by Jhonatan Amundaray
on
4/08/2019 05:11:00 a. m.
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